
En el mundo de la belleza puedes decir que has superado el primer nivel cuando ya no tienes dudas acerca de la función que hace cada producto y cómo aplicarlo correctamente. Pero hay un segundo nivel, que es del que nos ocuparemos hoy: el orden en el que debes aplicar los cosméticos, en concreto el sérum facial.
Existen diferentes recomendaciones en relación al orden de aplicación del sérum, y hoy resolveremos todas tus dudas.
¿En qué orden debes aplicar todos los cosméticos?
Si prestas atención a la formulación de tus cosméticos y aplicas un poco de sentido común, lo vas a comprender con rapidez. Las texturas de las cremas, lociones, fluidos, geles, tónicos… son diferentes entre sí, y esto tiene una razón de ser.
Si aplicas los más ligeros primero, como las lociones o los líquidos, es lógico pensar que se absorberán con mayor facilidad. A continuación, debes ir aplicando otros productos algo más pesados como los sérum, que son algo más densos, las cremas, que lo son todavía más y, por último, los protectores solares o el maquillaje.

El motivo por el que debes utilizar esta lógica es muy sencillo: si aplicas en primer lugar aquellos productos que son más densos, estarás tapando el paso a los demás. Sin embargo, si lo haces al revés, los productos más pesados podrán seguir penetrando en tu piel.
Orden de aplicación de cosméticos
Por tanto, veamos cuál sería el orden correcto de aplicación de cosméticos:
1. Limpiador. Da igual que utilices una leche limpiadora, una mousse o un jabón específico. Tras su aplicación, retira el producto con abundante agua y seca la piel.
2. Limpia la zona del contorno de ojos y labios con un producto específico. Recuerda que la piel de esta zona es la más delicada del rostro.
3. Tonifica la piel. Este tercer paso es fundamental para restablecer el equilibrio hídrico de la piel y mantener su pH.
4. Ahora llega el momento de aplicar el sérum con un pequeño masaje hasta su completa absorción.
5. Contorno de ojos y labios. Aplícalo con pequeños toquecitos para activar la circulación hasta su total absorción y siempre de dentro hacia fuera.
6. A continuación, por las mañanas deberás aplicar una crema hidratante y por las noches una nutritiva.
7. Aplica el factor de protección solar y ya estarás lista para maquillarte.
¿Existe algún otro paso que hayamos pasado por alto?
Lo cierto es que sí. Al menos una vez a la semana es necesario que realices un peeling para retirar las células muertas que se acumulan en la superficie de la piel. De este modo, conseguirás potenciar la absorción y, como consecuencia, la efectividad de los cosméticos que uses. Este paso se realiza siempre antes del sérum.
El orden, por tanto, se alteraría un poco, limpieza de la piel, tonificación, exfoliación, tonificación y aplicación del sérum.

¿Qué es un sérum?
Un sérum es un cosmético en el que se concentran una serie de principios activos, lo que hace que este producto sea más potente que una crema. Su textura es algo más ligera, por lo que su absorción es mucho más rápida. Además, la penetración de estos activos alcanza las capas más profundas de la piel y, por eso, debes aplicarlo siempre cuando está limpia y tonificada.
¿Cuándo debes utilizarlo?
Aplícalo en rostro, escote y cuello antes de la crema hidratante. Si su textura es líquida bastará con 3 o 4 gotas, y si es en una textura fluida o gel bastará con una cantidad similar a dos granos de arroz.
Lo ideal es aplicarlo día y noche, pero si solo puedes hacerlo una vez al día, es mejor que lo hagas por la noche para ayudar a la regeneración celular.
¿Quién debe usar un sérum?
Es a partir de los 30 años cuando la piel del rostro empieza a notar los signos del paso del tiempo. Por ello, es a partir de esta edad que el sérum se vuelve un aliado imprescindible.
¿Por qué aplicar el sérum antes de la crema?
Ya hemos explicado el orden exacto en el que debes aplicar cada uno de los productos de tu rutina de belleza facial, pero para terminar de fijar el concepto y para que no tengas ningún tipo de duda, recuerda siempre lo siguiente: aplica siempre los productos de menor a mayor densidad. El motivo es muy sencillo, si utilizas un producto cuya densidad es muy alta, estarás obstaculizando el paso de productos más ligeros que incorpores acto seguido.
Por ejemplo, si aplicas una crema, que es mucho más densa, y luego el sérum, este no podrá penetrar en la piel. Esto sucede porque se crea una capa que tapona los poros e impide que el propio sérum pueda acceder a zonas más profundas.
¿Qué sucede si no aplicas en el orden correcto los cosméticos?
En tu piel no habrá ninguna consecuencia negativa, pero el problema será que estarás perdiendo el tiempo y el dinero, porque los cosméticos no podrán actuar con la eficacia con la que se han desarrollado.