
Hoy queremos desvelarte y darte los tips más importantes para que puedas saber cuando aplicar el sérum de la forma más efectiva y en los mejores momentos.
Antes de la crema para que absorba mejor
Uno de los mejores momentos para utilizar un sérum es siempre antes de tu crema hidratante, y esto no sucede porque sí, sino que tiene una base científica que resulta fundamental para comprenderlo. Se sabe que los productos con menor densidad (como en este caso el sérum) penetran mejor en la piel, por lo que siempre deben colocarse antes que los de mayor densidad (como las cremas).
Para potenciar esto, es importante que en tu rutina de belleza diaria limpies tu piel tanto por la mañana como por la noche. Así podrás eliminar los desechos, los restos de maquillaje de todo el día y otras sustancias procedentes de la contaminación ambiental. Estarás preparando a tu rostro para todo lo que vas a ponerte a continuación y aprovecharás mejor los cosméticos que apliques.
Es entonces cuando llega el momento de tonificar la piel y añadir el sérum. Como tiene una alta concentración de activos en una textura más ligera que las cremas, podrá absorberse mucho mejor al no encontrarse con ningún obstáculo de mayor densidad.
Después del exfoliante, cuando la piel está más limpia de impurezas
La exfoliación es un paso que puedes dar tras la limpieza, pero no es una de las rutinas que debes hacer todos los días, ya que si te exfoliases a diario, tu dermis se dañaría porque no le darías tiempo a regenerarse de manera adecuada. Aun así, el día que decidas utilizar un exfoliante, debes saber que la mejor opción en cuanto al sérum es aplicarlo después.
Tras la exfoliación, al igual que habíamos hablado que sucede tras la limpieza, es necesario que apliques un tónico para asegurarte de restablecer el equilibrio hídrico de tu piel. De este modo, tu piel quedará perfectamente limpia de impurezas, suave, luminosa y estará preparada para absorber por completo el sérum que apliques. Es importante que sepas que, como es un tratamiento con una textura muy ligera, se absorbe con gran rapidez, consiguiendo una mayor eficacia de todos sus activos.
En caso de que lo hicieras al revés, podrías comprobar cómo al exfoliarte tras aplicar el sérum dejarías de beneficiarte de prácticamente todas sus propiedades, pues lo retirarías de tu piel.
Por la noche, aplicar un sérum facial regenerante
Para que puedas obtener el máximo beneficio que te aportan los principios activos de los sérums, es importante que los utilices tanto por la mañana como por la noche, siempre antes de tu crema habitual. Aunque si no dispones de demasiado tiempo y has decidido aplicártelos únicamente una vez al día, el mejor momento es por la noche, especialmente si hablamos de un sérum regenerante.
De esta manera aprovecharás al máximo las horas de descanso y la regeneración propia del cuerpo, que se da por la noche. Así, cualquier cosmético que apliques en estas horas actuará con mayor efectividad y, si es regenerante, potenciará la acción del propio organismo. Además, si aplicas también una crema antiaging tras el suero, conseguirás un cuidado total de tu piel y multiplicarás los efectos.
Los expertos afirman que existen dos franjas horarias óptimas para prestar atención a tu piel. Por un lado entre las 9 y las 11 p.m., que la barrera epidérmica está bajo mínimos y tu piel está más receptiva a cualquier tipo de producto, y por otro entre las 11 p.m. y las 6 a.m., que es el período natural de regeneración de la piel.
Después de ducharse, para aprovechar que los poros están dilatados por el vapor de agua
Tras darte una ducha, realizar ejercicio físico o al salir de una sauna, tus poros están más dilatados que antes de hacerlo, y es esa dilatación la que permite al cutis que absorba mejor todo aquello que le quieras aplicar. Por este motivo, utilizar un sérum es muy recomendable, pues no deja de ser un cosmético con una alta concentración de activos.
Si quieres aprovechar toda esa concentración de activos, además, puedes aumentar su efectividad si después de dilatar los poros aprovechas para hacerte una exfoliación. Así, al aplicar tu sérum favorito, sus principios activos actuarán de una manera más profunda y multiplicarán sus propiedades, ya que tendrás la piel totalmente libre de impurezas y habrá mejorado su transpiración.
Pero además, si tienes pequeños problemas de acné este truquito te resultará muy interesante, porque necesitarás limpiezas faciales con mayor frecuencia y un tratamiento más constante. Aun así, en una piel deshidratada o seca también facilitará que penetren los activos y que se restaure el equilibrio adecuado.
Una vez te has echado el tónico, el siguiente paso es el sérum, para terminar de equilibrar el pH de tu piel
Es algo que ya hemos mencionado anteriormente, pero resulta fundamental para que puedas lucir una piel luminosa y jugosa, ya que uno de los secretos de esa jugosidad es ocuparte de que tu rostro no pierde más agua de lo debido. De esta manera, la hidratación es fundamental, y no es algo que solo obtengas al beber, sino que también potencias con algunos tipos de cosméticos, como los tónicos, y la frecuencia con la que los usas.
Por ejemplo, tras la limpieza con agua micelar o con cualquier tipo de jabón apto para tu tipo de piel es imprescindible que apliques un tónico. De este modo, te estarás ocupando de que tu piel esté debidamente hidratada y de que no se altere su pH. También deberías aplicarlo tras exfoliarte.
Finalmente, toda vez que has aplicado el tónico, es el momento de incorporar el sérum, un cosmético ligero con textura gel o algo más fluida que contiene sustancias activas y puede penetrar en las capas más profundas de la piel.
Conclusión
Además de todo esto, debes saber que para una correcta aplicación del producto es suficiente con aplicar dos o tres gotas si el sérum es líquido, o un tamaño similar a un grano de arroz si posee una textura gel o crema. Con esa cantidad podrás abarcar toda la superficie de tu rostro. Aplícalo sobre la frente, barbilla, mejillas y realiza movimientos circulares de dentro hacia afuera.
Recuerda que el sérum es un complemento para tu crema y no un sustituto, por lo que es necesario que, tras el suero, utilices una crema hidratante o nutritiva para complementar el tratamiento.